domingo, 13 de noviembre de 2011

A LOS FIELES DE LA DIOCESIS DE HUELVA

A LOS FIELES DE LA DIOCESIS DE HUELVA

Querido hermano y hermana:

Tienes en tus manos el texto del evangelio de san Marcos.
Es mi deseo, como pastor de la Iglesia de Huelva, que el mayor número de fieles de nuestra diócesis – tanto niños, jóvenes y adultos como sacerdotes, religiosos, religiosas y seglares – hagan una lectura creyente de la Palabra, es decir, que nos acerquemos a la Palabra de Dios, bien individualmente, bien en grupo, para conocerla mejor, orar a partir de ella e iluminar nuestra vida con su luz.


El evangelio de san Marcos tiene una clave unificadora: es la cuesto de la identidad de Jesús. ¿ Quien es Jesús? La respuesta nos la ofrece presentado a Jesús en relación, sobre todo, con sus discípulos. Este evangelio se mueve, pues, sobre dos líneas que se entremezclan: la persona de Jesús y el grupo de sus discípulos. En la medida en que lo profundicemos, sobre todo en grupo, en esa misma medida iremos descubriendo a Jesús. “Quien desconoce la Sagrada Escritura desconoce a Cristo” (san Jerónimo). Éste es nuestro empeño: que el Señor sea el centro de nuestra vida. Todos los que somos miembros de la Iglesia hemos de tomar parte en la misión de acercar la Buena Noticia de Jesucristo a los hombres. Para ello, es necesario que escuchemos y acojamos la Palabra de vida que nos ha sido dada.

En la palabra de Dios, el Señor se hace el encontradizo: habla al hombres esperando que éste le responda. El Concilio nos dice que Dios, “movido de amor, habla a los hombres como amigos, trata con ellos para invitarnos y recibirnos en su compañía” (DV 2). Os deseo, pues, que en los pequeños grupos que se formen sepáis crear con el Señor un clima fraterno de oración sincera y de autentico encuentro con el Señor, de manera que nuestra vida, iluminada por la luz de Jesucristo, brille en el medio de nuestro ambiente y difunda la alegría del Evangelio.

Que el Espíritu Santo nos asista y María nos enseñe a escuchar y cumplir, como ella, la Palabra de Dios.

Con mi afecto y bendición

José Vilaplana Blasco
Obispo de Huelva.

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